sábado, 28 de febrero de 2015



Merced a las diferencias acaecidas entre las diversas fuerzas revolucionarias, surgieron multitud de motines contra el gobierno bolchevique, que mostraba su cara mas dictatorial. Pero de todos es Kronstadt la rebelión que pudo cambiar el curso de la Revolución. En febrero de 1921 Kronstadt se levanta pidiendo mayor libertad y soviets libres, fuera de ataduras políticas. Fue un movimiento básicamente anarquista, y no en vano una de las máximas figuras de la rebelión fue el anarquista Stepan Petrichenko. El gobierno bolchevique respondió con dureza a la insurrección y el motín fue sangrientamente aplastado por el ejercito de Trotsky. Con ellos prácticamente acababa los focos de resistencia al bolchevismo.

Estabilización y dictadura
Eliminados los enemigos de los bolcheviques el camino era la construcción del Estado socialista. Pero paradójicamente el primer paso es la firma de la NEP (Nueva Política Económica) en 1921, mezcla entre el socialismo y el capitalismo.
Pero Lenin estaba muy enfermo y la degeneración de sus ideas fue produciéndose paulatinamente. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) surge en 1922 y apenas dos años después muere Lenin.
Ahora la lucha se centra por el poder, con dos grandes candidatos, Stalin y Trotsky. Las maniobras y la calumnia dan la victoria al primero y el exilio al segundo. Una dictadura, la del partido, es sustituida por la dictadura de un solo hombre, Josep Djugasvili “Stalin”.

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